La práctica provechosa de lectura parece una actividad propia de quienes decidimos seguir el camino universitario; no obstante, a veces, por distintos factores, la limitamos a la obligatoriedad de los libros indicados en los programas de cada curso. Incluso, como práctica permanente que forme parte de nuestra experiencia personal no es realizada con frecuencia. Hay textos de los cuáles podemos sacar un gran provecho más allá de las evaluaciones o tareas.