¡Más allá del texto, desde el texto!
(Carta-respuesta al artículo «… Una deuda de amor» de la Dra. Giuliana Contini).
Estimada decana:
He recibido su carta con mucha alegría y asombro. Alegría, porque es un honor para mí ser la remitente de una de sus misivas, y asombro, porque no esperaba que mi sencilla ponencia la hubiese dejado tan perpleja como para motivarla a escribirme.
Parece que la primera de sus razones parte de la inquietud de saber a quiénes iban dirigidas mis palabras. Es cierto que el público asistente era bastante heterogéneo, conformado en su mayor parte por docentes y alumnos de distintas especialidades; sin embargo, el estudio de este poema exigía un análisis pragmático y lingüístico, dos de las muchas perspectivas posibles. Ello me parece muy importante, porque partiendo de esta metodología se abren las puertas para acceder a variadas interpretaciones serias y consistentes, basadas en el poema; del mismo modo, ayuda a que no se caiga en meros sentimentalismos o apresurados juicios emocionales.
Le recuerdo, querida profesora, que yo no fui su alumna en el curso de Seminario de Literatura, sino en el de Hitos del Arte Universal, y es cierto que durante esa asignatura realizamos un estudio muy interesante de Dostoievski, en el que detallamos muchos aspectos que veo expuestos ahora en su carta. Sin embargo, considero que todo texto literario reclama un acercamiento interpretativo distinto. Vallejo pertenece a la corriente vanguardista y esto se evidencia principalmente en Trilce. No está demás decir que este autor es difícil de comprender en una lectura superficial y sus poemas exigen, por ello, una aproximación lingüística y un análisis focalizado en las figuras pragmáticas y retóricas. Todos estos acercamientos permiten una opinión más integral.
Le confieso que me empezó a gustar Vallejo cuando leí a distintos autores que analizaron críticamente sus poemarios, desde distintas perspectivas. Estas lecturas lograron que experimente una vinculación más íntima respecto a la obra y a la persona de César Vallejo. Luego, cuando releí sus poemas, hallé detalles que no había notado la primera vez. Alberto Escobar, Américo Ferrari, Xavier Abril, Marco Martos y Elsa Villanueva han sido mis referentes y mi aspiración es formar parte de la discusión crítica que ellos iniciaron.
Quiero esclarecer que mi intención, al interpretar el poema, no se limitó exclusivamente al ámbito académico y precisamente por ello descarté de mi trabajo varios tecnicismos; pero estimé necesario no renunciar al concepto de sujeto lírico. No es que me esconda detrás de él, al contrario, a partir de él inicié mi interpretación. Tampoco creo que la dificultad o la formalidad del texto suponga necesariamente un alejamiento del lector o del público; pienso, en cambio, que cierta complejidad propone un reto que un receptor atento, consciente y comprometido encuentra apasionante.
Considero, que acercarse al poema de forma analítica permite también que el lector encuentre en el autor una respuesta a sus situaciones límite. Por ello, coincido con usted cuando me dice que la lectura debe desembocar en una deuda de amor; yo también creo que leer y analizar un poema debe dar como resultado que autor y lector, rompiendo con el tiempo y el espacio, se comuniquen de una manera profunda e íntima.
Sé que no reflejé completamente en mi escrito lo que estoy exponiendo ahora; me enamoré de Vallejo mientras leía sus poemas y tal vez no lo transmití como debí haberlo hecho. En mi ponencia, quizá me faltó hacer mío el poema; porque, aunque coloqué mis interpretaciones, no era demasiado evidente la marca personal, que es lo que distingue y da vida a una crítica literaria. Sin embargo, le comento que no he abandonado mi labor, es más, estoy adaptando mi ponencia a la forma de un artículo, a la vez que la perfecciono. Esto se debe a que esta experiencia me ha proporcionado conocimientos que deseo transmitir. Tengo la firme decisión de trabajar en mi texto hasta que alcance su plenitud.
Le agradezco muchísimo sus críticas, porque precisamente un alumno crece intelectualmente con ellas; los halagos son buenos, pero las críticas (sobre todo si se dan con amor) son mejores. Estoy escuchando atentamente a todos aquellos que como usted me están haciendo llegar sus opiniones, interrogantes e incluso sus consejos para que siga mejorando.
Gracias por su sincera preocupación y por estar siempre pendiente de las necesidades de sus alumnos. Espero que podamos proseguir con el diálogo.
Atentamente
Astrik Reyes
Miguel Ángel Malpartida
Estoy muy satisfecho de que alumnas como Astrik Reyes consideren necesario colaborar con el diálogo académico implícito en la vida universitaria, y que lo asuman como una tradición que se recibe y reelabora. Su ponencia fue destacable desde varios ángulos. Por un lado, su análisis utilizó con habilidad modelos teóricos a partir de una sencilla terminología y excedió, con éxito, la opinión basada en el sentido común; por otra parte, sus interpretaciones vincularon directamente su especialidad con la textualidad vallejiana, y principalmente: es una de las primeras alumnas que afronta el reto de la ponencia con naturalidad y rigurosidad al mismo tiempo. Creo que esta experiencia es una muestra de que la actividad reflexiva de los alumnos de la UCSS está empezando a cobrar mayor fuerza. Ante esto, los docentes nos sentimos comprometidos a apoyarlos (y prepararlos, como lo hicieron alguna vez con nosotros) para que hagan escuchar sus voces en conferencias y publicaciones. La percepción del público es importante en estos eventos, ya que es finalmente a ellos a quienes debemos la ponencia; sin embargo, como afirma Astrik, la complejidad no debe ser una barrera, sino un reto. Además, concuerdo con ella cuando insiste en la naturaleza creativa y afectiva de la crítica literaria. El lazo vital de la búsqueda común de lo humano, que vincula desde siempre al autor y sus lectores, incluye preferentemente al texto: analizar y evidenciar sus estrategias es una forma esencial de disfrutarlo. y entender por qué nos conmueve.
07/02/12 – 10:10