Bullying
“La incomunicabilidad, esa dificultad para el diálogo y la comunicación, vuelve a su vez más trágica la soledad que el hombre experimenta sobre el propio destino”
He aquí donde radica la motivación profunda de ese fenómeno de violencia que se ha definido bullying y del que, ahora, está de moda hablar.
Leyendo los muchos comentarios – por ejemplo los de la página de El Comercio del lunes 4, dedicado a la Educación – se hace evidente esa tendencia a la abstracción con la que intentamos olvidarnos que, finalmente, se trata de nombres y de caras y pretendemos censurar el tremendo reto, que constituye para todos, la “monstruosidad” del suicidio de niños y jóvenes.
Realmente nuestra sociedad – y la cultura que en ella domina – ignora y niega la persona, no sólo porque crea un sistema en que todo le es enemigo, sino porque, a través de fórmulas y definiciones, encubre y oculta su auténtica realidad.
¿Qué es la persona sino su insuprimible necesidad, su exigencia vital de ser afirmada, reconocida y amada?
Una vez más desaprovecharemos la ocasión para que las cosas nos hieran profundamente y nos cuestionen, si optaremos, diagnosticado el fenómeno, por buscar “estrategias” para afrontarlo y profesionales capaces de aplicarlas.
Sin embargo, en la profundidad de nuestra conciencia de adultos – de padres, de maestros – no podemos no reconocer que no se trata de estrategias sino de vida y no podremos evitar la pregunta sobre nosotros mismos y sobre aquello que, con nuestra labor, colaboramos a construir – ¿Es para el bien de la persona? ¿Es para que alcance la conciencia de su infinita dignidad y sea feliz?
Siempre ha habido – y habrá, entre los hombres maldad y violencia, pero siempre será posible afirmar – con las palabras y con la vida – que hay algo que vale más y es más verdadero: no la destrucción del otro, sino su afirmación, no la fuerza de la violencia, sino del amor.
Hacerlo visible y experimentable es nuestra principal tarea.
Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades
Universidad Católica Sedes Sapientiae
Ilustración: Wassily kandinsky, Improvisation 19, 1911
Nuevo blog VOCES DE UN RIESGO
[…] los artículos publicados tenemos las Voces, el artículo “Bullying” -una visión desde la dimensión de la persona sobre el problema del acoso escolar- de la Decana de […]
06/22/12 – 05:00
David Arevalo
La persona, el gran olvido de nuestra generación.
Efectivamente, don Giussani dio en el clavo cuando nos recordó las exigencias de infinito de nuestro corazón y, sobretodo, cuando nos presentó la insuperable esperanza según la cual, la respuesta a esas exigencias sí existe.
Existe aquello que el corazón reclama apasionadamente y sí puede vivirse cada día, aunque siempre es un riesgo.
06/22/12 – 19:08