Notable invento del siglo XVI, atribuido al importante científico jesuita Atanasio Kircher, que más adelante se convertiría en el precursor de los proyectores de cine. Basado en el principio de la cámara obscura, la linterna mágica era un artilugio sencillo que mediante unas lentes y una fuente de luz interna permitía proyectar imágenes agrandadas en una pared blanca. El efecto que tuvo en los espectadores era tal que muchos se quedaban asombrados y probablemente haciendo comentarios sobre sus supuestas atribuciones mágicas. Quizás hayan sido estas expresiones de asombro la motivación principal que tuvo Kircher al ver el resultado de su invento y por eso adoptó ese nombre para bautizarlo.
Asombro: esa sensación que nos acompaña cada vez que ingresamos a una sala cinematográfica y al ver una película, nos dejamos arrastrar por una historia “mágica” de la que también nos gustaría ser parte. Voluntariamentedejamos nuestra rutina cotidiana, llena de preocupaciones propias del mundo moderno que vivimos, y aceptamos entrar, aunque sea por un breve espacio de tiempo, en un mundo mágico, esperando que nos asombre con sus historias y sus personajes. El cine nos ayuda a mantener viva esta capacidad de asombrarnos frente a lo mágico y maravilloso, capacidad que se revela fácilmente cuando somos niños y que con el tiempo vamos perdiendo.
Al igual que una linterna, nuestro propósito es echar luces sobre el mundo tan vasto que puede ser la cinematografía universal, buscando esas historias mágicas que nos asombren. La Linterna Mágicaserá una revista escrita,más que por expertos, por amantes del cine o cinéfilos que buscan no perder ese asombro frente a la realidad.