CÁTEDRA AMAZÓNICA
Reportaje publicado en la revista SOMOS del Diario «El Comercio» – 19/01/2013

Aula Magna: Los 33 indígenas de la segunda promoción de Nopoki muestran orgullosos sus diplomas en la ceremonia de graduación efectuada en el coliseo municipal de Atalaya, el 16 de diciembre del 2012

ESCRIBE: ÁLVARO ROCHA
FOTOS: ALESSANDRO CURRARINO

En Atalaya, Ucayali, ha germinado una revolución pedagógica llamada NOPOKI. Se trata de la primera universidad gratuita para nativos, un estimulante emprendimiento intercultural que congrega alumnos de todos los rincones de la selva.

Cuando Saúl Escobar hacía planchas, ranas o corría 50 vueltas al estadio, castigado por haber tenido el atrevimiento de hablar en su lengua materna dentro de un colegio de Ucayali, no se le pasaba por la mente que en el futuro sería catedrático de una universidad y que daría las clases en shipibo, el idioma que exasperaba al director mestizo de su colegio, al extremo de prohibirlo, que felizmente Saúl mantuvo vivo hablándolo a escondidas.

Saúl recuerda ese episodio con una sonrisa. La misma que esbozó cuando, hace dos décadas, Gerardo Zerdin, entonces párroco de Atalaya, decidió apoyarlo para que reciba formación universitaria en Lima. “Quiero estudiar pero no tengo plata”, le había dicho Saúl. Mucha agua ha corrido bajo el puente desde esa época, y muchos han sido los progresos de Saúl, que no solo es catedrático de universidad Nopoki, sino que está punto de obtener una maestría.

Génesis

Aun que la idea rondaba por su cabeza desde la década del noventa, fue recién en el 2005 que Gerardo Zerdin, vicario apostólico y obispo de San Ramón, que incluye toda la selva central hasta Puerto Breu, en la frontera con Brasil, se acerca al conversar con monseñor Lino Panizza, obispo de Carabayllo y fundador de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS), y le solicita ayuda diciéndole que su sueño era que existiera en Atalaya un centro para la formación de les indígenas. Al haber convivido con diversas etnias amazónicas, especialmente con los shipibos, observó que la educación escolar dejaba mucho que desear, pues los profesores venían de otras partes del Perú y no se integraban, no enseñaban en sus lenguas originarias y se ausentaban por periodos prolongados. Así que pensó que lo más acertado era que los propios nativos recibieran instrucción para volcarla después en sus comunidades. Lino Panizza, que compartía la idea de brindar oportunidades a jóvenes marginados, fue receptivo y ese mismo año se firmó un convenio marco entre el Vicariato Apostólico de San Ramón y la UCSS para crear Nopoki (He venido», en lengua asháninka).

Regreso con gloria

En el 2012 se graduaron de bachilleres cuatro alumnos pertenecientes a la cultura yine en Nopoki. Fue una tarea ardua para Remigio Zapata, encargado de la gramática yine y de repasar en esta misma lengua todas las lecciones que sus alumnos recibían a diario, “El curso que más les cuesta es matemáticas, en parte debido a la deficiente enseñanza previa y porque hay palabras como tangente, paralelo y vertical que son intraducibles al yine”, señala Remigio.
Juan López, también catedrático de Nopoki, tuvo que hacer honor a su nombre yánesha, Oth, que significa ‘el más fuerte, el más poderoso’, para poder enfrentar con éxito todas las trampas que le puso la vida. Cuando era un alto dirigente yánesha fue secuestrado 15 días por Sendero; estudio en la universidad La Cantuta hasta que Fujimori la cerró y tuvo que huir para continuar su instrucción en Pucallpa; luego fue elegido como alcalde del distrito de Palcazú y, al negarse a recibir un cupo de los narcos, le pusieron precio a su cabeza. Tuvo que salir del Perú ayudado por la cooperación alemana. En el 2004 regresó al su comunidad en la selva central a trabajar nuevamente como docente de primaria. Ahora, en Nopoki se siente realizado. “Acá los alumnos tienen comida, cama, higiene, ropa, salud, y eso en invalorable. La educación es el eje del desarrollo, y los egresados de Nopoki tienen una formación integral; no son solo maestros, sino que pueden elaborar proyectos de luz, agua y desagüe. No tengo palabras para expresar la grandeza de Nopoki. Si yo hubiera tenido esta oportunidad, habría sido embajador o ministro”, dice Juan.

Sueños de selva

En el 2006, Nopoki empezó como un centro preuniversitario. Las comunidades acogieron la propuesta con mucho entusiasmo. Llegaron aproximadamente 60 chicos, que se prepararon durante un año mientras la UCSS iba elaborando un programa bilingüe intercultural. En el 2007 ya hubo examen de ingreso y el espectro de naciones indígenas participantes se amplió considerablemente. Para entonces ya dictaban cursos los catedráticos de la UCSS, pero no tenían el campus que ahora ocupan. Todas las actividades las realizaban en la casa pastoral. Los cuartos albergaban, en camarotes, hasta 20 personas. En el 2008 consiguieron el terreno para el campus, 30 hectáreas que los alumnos desyerbaron para luego ayudar a construir la universidad. En el 2010 se mudaron a su actual sede. En el 2011 salió la primera promoción: 26 bachilleres. En diciembre del 2012 se graduaron 33 jóvenes nativos, quienes ya se encuentran en la sede la UCSS de Lima en busca de su licenciatura.

Hoy la administración de Nopoki es compartida. Los gastos del personal están a cargo de la UCSS, y los gastos del albergue y de las construcciones corren por cuenta del Vicariato. La contribución de la cooperación internacional y de donaciones particulares ha sido fundamental para llevar a cabo este proyecto.

Los graduados

De la primera promoción es la shipibo conibo Jovita Vásquez (33), quien ya es regidora de la municipalidad provincial de Atalaya desde enero del 2011. Ella siempre quiso superarse, pero le fue imposible culminar sus estudios (Contabilidad y Pedagogía) en Pucallpa por falta de recursos económicos. En su Comunidad, ubicada en el distrito de Tahuanía, hablaban do monseñor Zerdin como una leyenda que ayudaba a los shipibos. Le hizo saber su interés por estudiar a través de un conocido. Fue así que la consideraron para instruirse en Nopoki. “Aprendí a valorar mi cultura. Monseñor nos despertó el corazón Y alimentó nuestra autoestima”, dice agradecida Jovita.

De la segunda promoción es el asháninka Diógenes Campos (23), que vive en la comunidad nativa de Aerija. Del 2008 al 2010 estuvo internado en Nopoki, pero ahora que tiene mujer y un hijo, reside en su pueblo y camina una hora para llegar a la universidad. A futuro, piensa trabajar como docente en su comunidad y ser un promotor de desarrollo en las áreas agrícolas, de turismo, artesanía y salud. A diferencia de otras generaciones, Diógenes cree en la planificación familiar y proyecta tener solo dos hijos. Es uno de los cambios culturales que pretende implementar entre sus paisanos.

Lengua del corazón

El vicerrector de la UCSS, y doctor en Filosofía Gian Battista Bolis (54), quedó sorprendido por la capacidad de los nativos para desmenuzar poemas de Rilke, Pavese y Leopardi, asociándolos con sus propias experiencias. Esto refuerza una tesis importante de la antropología intercultural, sostenida por el francés Alain Touraine, que dice que las lenguas son dialectos de una única lengua fundamental, que es la lengua del corazón del hombre.

Lo cierto es que no se puede emprender un proyecto como Nopoki sin pensar que los humanos tenemos iguales potenciales grandezas. Le que hay es gente con menos oportunidades, pero no menos capacidades. Darles las herramientas para que sean protagonistas de su destino es solo un acto de justicia. Bajo la lluvia pero iluminados por el conocimiento, los nativos se graduaron en el coliseo municipal de Atalaya. Pronto partirían a seguir estudios de licenciatura en Lima. Y, como si fuera un ritual, regarían y se tomarían una foto junto al árbol de aguaje que sembró la primera promoción frente a la sede de la UCSS en Los Olivos. La palmera ha crecido, ellos también.

250 alumnos estudian gratuitamente en Nopoki, provenientes de las naciones asháninka, shipiboconibo, nomatsiguenga, yine, ashéninka, cashinahuas, yánesha y awajun (estos últimos de la selva norte).

170 mestizos completan la plana estudiantil. Ellos aportan 150 soles mensuales, con los que se paga luz y vigilancia.

3 carreras se podrán estudiar en Nopoki: Formación Magisterial Bilingüe Intercultural (actualmente se dicta), Administración e Ingeniería Agroforestal.

Monseñor Gerardo Zerdin: “La riqueza está en nuestras culturas”

¿Siempre tuvo vocación de misionero?
Soy culturalmente húngaro, pero nacido en Croacia. Eso tal vez me permitió tener el punto de vista de ‘el otro’. Cuando vine al Perú, en 1975, enseguida me cautivó. Siempre me identifiqué con la realidad peruana, a veces sorprende, a veces sórdida, pero que te invita a conocerla más.

¿Qué se pierde con la extinción de una lengua?
Se pierde una forma de entender el mundo, toda una experiencia, pues constituirla toma miles de años. Un padre dijo una vez: “Nuestra riqueza no está en el suelo o en el subsuelo, está en nuestras culturas”. Y es cierto.

¿Cómo fue que lo acogieron los shipibos?
Una de las comunidades que visitaba, llamada Túpac Amaru, decidió que yo debía vivir allí. Ellos veían que, donde hay misión, hay un poco de desarrollo, escuela, y se defienden mejor sus derechos. Me quedé 11 años.

¿Le fue difícil aprender shipibo?
Fue difícil porque nosotros aprendemos basándonos en la gramática. En este caso había que pescar las palabras al vuelo y sacar conclusiones de cómo se estructuran. Me ayudó el hecho de que los viejos venían a mi casa, donde realizaba misa con los niños, ellos me esperaban en la cocina y fumábamos mapacho, tomábamos masato y conversaban mucho, contaban sus historias.

¿Qué opina del programa de becas del gobierno?
Es todo un fracaso. Eso de dar plata y decir ve y estudia no da resultados. Hace poco cinco asháninkas fueron a Lima. Al mes volvieron cuatro, el quinto a los dos meses. Sino hay un acompañamiento, una idea de cómo motivarlos y ayudarlos, no funciona.

Una respuesta a «CÁTEDRA AMAZÓNICA
Reportaje publicado en la revista SOMOS del Diario «El Comercio» – 19/01/2013»

  1. Está muy interesante, pero quisiera mas datos, asi como telefono para comunicarse con NOKOPI, carreras que enseñan, cantidad de alumnos, profesores, etc.

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