Todos podemos ser EDITORES

Todos podemos ser EDITORES:
cómo mejorar nuestra comunicación escrita

Lic. Patricia Vilcapuma Vinces

 

A diario generamos ideas que dejamos plasmadas en distintos soportes: mensajes de texto, posts en Facebook, correos electrónicos, memorándums, textos académicos, cartas, solicitudes, entre otros. Una buena escritura es nuestra mejor carta de presentación tanto en la vida profesional como la personal. Por eso, es importante la revisión de nuestras ideas para comunicarnos en cualquier situación; en otras palabras, es fundamental que releamos, corrijamos y pulamos (“editemos”) la forma en que nos expresamos. A continuación, presentaremos algunos consejos básicos para ser editores eficaces de nuestros textos.

 

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Apuntar al objetivo

Definamos qué queremos comunicar, a quién queremos dirigir nuestro mensaje y qué queremos conseguir. Esto ayudará a determinar la forma y fondo de nuestro discurso.

Por ejemplo, si vamos a escribir un correo electrónico, nunca olvidemos de anotar el asunto, preparar fórmulas de saludo y despedida adecuadas al contexto comunicativo (profesional, comercial, personal) y la firma.

Si vamos a escribir una tarea académica, no debemos tutear al lector. Antes bien, debe evidenciarse la intención de la estructura básica de este tipo de escrito: introducción (presentación del tema y anticipación del desarrollo), desarrollo o cuerpo (exposición de ideas principales) y cierre o conclusión (síntesis de lo anteriormente expuesto). Asimismo, cada párrafo debe desarrollar una idea.

 

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Preparar un esquema

Los escritos profesionales tienen un inicio, un desarrollo y un cierre. Sea la extensión del texto, siempre seguirá esa secuencia. Por ello, debemos tener en cuenta el objetivo del mensaje para elegir la forma de comunicarlo.

Por ejemplo, si ya sabemos que nuestro jefe es una persona ocupada y le gusta la brevedad, en un correo electrónico partiremos por lo principal y escribiremos una o dos ideas que sinteticen la explicación. Podemos agregar que para cualquier dato adicional o aclaración no dude en consultarnos. Así no lo agobiamos con el palabreo y podemos dejar la opción que nos convoque para explicarle de manera personal o que, por su indicación, expliquemos de manera detallada el asunto en una siguiente comunicación.

En el caso de un trabajo académico, la distribución y la propuesta adecuadas de la información deben corresponder al tema. Si el propósito es comunicar acerca de un objeto, se debe tener en cuenta la definición, características, tipología, funcionamiento y utilidad. Para exponer sobre un problema, se considerarán origen, causas, consecuencias, afectados y posibles soluciones. En cuanto a una actividad, las ideas serán en relación con origen y antecedentes, procedimiento, clases, implementos, usuarios y lugares donde habrá de realizarse.

 

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El toque de equilibrio

Debemos tener mucho cuidado en las palabras que elijamos. A veces, empleamos palabras o frases vagas que se prestan a múltiples interpretaciones, y en la redacción son fundamentales la claridad y la precisión. En este sentido, primero, cuidemos de no elegir las palabras porque suenen bonitas, sino por su significado en lo que queremos comunicar; segundo, no utilicemos tecnicismos innecesarios cuando el lenguaje tiene palabras sencillas con las que decir claramente lo que queremos, y tercero, no abusemos de ciertos verbos (p.e., hacer, poner, tener) y de palabras vagas (p. e., cosa, algo).

 

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Ilación de ideas

Existen palabras conocidas como conectores lógicos o nexos oracionales. Estas nos ayudan sobremanera al momento de exponer nuestras ideas. Por ello, hay que elegirlas y utilizarlas con responsabilidad. No es lo mismo emplear un “por otro lado” que un “por el contrario”. El primero nos permite pasar a una idea del mismo tema, adicionando información; en cambio, el segundo indica oposición entre las ideas que conecta.
Existen conectores de diversos tipos. Están los de adición de información (asimismo, por un lado, por otro lado, además, también), similitud y contraste (en cambio, por el contrario, mientras que, ambos, como). De igual forma, los hay con la relación lógica-semántica de limitar o contrariar una idea (sin embargo, pero, no obstante), relaciones de causalidad (porque, ya que, puesto que, pues), expresar la consecuencia (por lo tanto, así que, por consiguiente), entre otros.

 

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Cuidar la normativa

Debemos consultar los temas que presenta el Diccionario panhispánico de dudas, disponible en www.rae.es. Al ingresar, escriba la palabra del tema (p. e., tildación, mayúsculas, abreviatura, puntuación) y aparecerá la explicación detallada.

Tildación: No olvide que las mayúsculas se tildan. Los monosílabos no se tildan (p. e., fe, ti, fue, dio).

Mayúscula innecesaria: No utilizarla en meses, días de la semana y nombres genéricos de accidentes geográficos (p. e., océano Pacífico, cordillera de los Andes).

Puntuación: Por ejemplo, es incorrecto su uso en los siguientes enunciados: “La universidad, invita…”, “Profesores, estudiantes y administrativos, deben…”, “Los documentos solicitados son: hoja de vida y certificado de antecedentes penales”. Recuerde que sujeto, verbo y objeto no deben interrumpirse por algún signo de puntuación. Tampoco es correcto colocar punto después de los signos de exclamación o interrogación de cierre (p.e., ¿Estamos preparados?).

Abreviaturas: No abuse de ellas en palabras que pueden escribirse completas. Todas llevan punto (p. e., Prof., Sr.). Además, mantienen la tilde en caso de incluir la vocal que la lleva en la palabra desarrollada: pág. por página, íd. por ídem, C.ía por compañía.

Las abreviaciones de las unidades de medida (m, km, gr, l, etc.), las de los nombres de los libros de la Biblia (Gn, Ex, Lv, etc.), además de los elementos químicos (O, S, Au, Zn, etc) son símbolos, no abreviaturas; por eso, se escriben sin punto.

Números ordinales: Se escriben con letra volada y punto (p.e., 1.o por primero, 2.a por segunda, 3.er por tercer).

Siglas: Son palabras invariables, de ahí que sea incorrecto escribir “ONG’s”, “ONGs”, “TIC’s”, “CD’s”. Cuando se requiere aludir a varios referentes, la norma indica recomienda introducir la sigla con determinantes que indiquen pluralidad (p.e., algunas/varias/numerosas ONG).

 

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Uso de paratextos

Este tipo de recursos acompañan al texto y aseguran una recepción óptima de sus contenidos. Igualmente, facilitan la lectura y tienen un gran poder de comunicación. Son útiles en ese sentido los títulos y subtítulos, que organizan las unidades temáticas; las tablas (resumen notoriamente datos numéricos) y figuras (imágenes, organizadores visuales), las cuales ayudan a comunicar información que en bloque de texto puede ocasionar dificultad al momento de leer. El programa Word ofrece variados modelos de tablas y figuras que ayudan a una mejor presentación de nuestros escritos. Asimismo, son de valioso apoyo a textos de mayor extensión los apéndices (documentos o información adicional de algún proceso) y las referencias (fuentes consultadas).

 
Para terminar, debemos señalar que cualquiera sea la circunstancia de producción de nuestros escritos, estos deben ser cuidados, es decir, editados. Así, nuestras ideas serán valoradas. Por último, nuestra competencia profesional adquirirá un valor adicional y nuestras relaciones personales mejorarán, ya que seremos claros y precisos en nuestra comunicación.

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